El PAN llega a su encuentro con un candidato asesinado, una figura desaparecida y con su líder afirmando que pese a todo están unidos
Solía considerársele una fecha festiva en el calendario panista, día de porras, concursos de popularidad entre presidenciables, sesiones de fotografías y autógrafos. Una ocasión propicia para que la militancia de a pie, la de base de todo el país, viera a sus iconos y conviviera con la cúpula del partido.
Pero hoy el PAN llega a su 21 Asamblea Nacional en la que muy probablemente es la peor coyuntura de su historia, en el centro de una tormenta con peores acontecimientos que lo deja en números rojos, con poco o nada que celebrar.
“El PAN arriba a su asamblea en medio de serios conflictos que están debilitándolo como organización y lo someten a tensiones muy grandes”, advirtió Soledad Loaeza, investigadora del Colegio de México y especialista en Acción Nacional. “Los panistas viven en realidad un momento muy complicado”.
Loaeza admitió que no existe antecedente de una Asamblea Nacional del PAN llevada a cabo en medio de un ambiente tan difícil y deprimente para el partido.
“Ciertamente es una coyuntura adversa. No sólo se han visto atacados sus candidatos o sus figuras, como Diego Fernández de Cevallos, sino que el país atraviesa un momento muy difícil y, en consecuencia, el PAN vive un momento muy adverso”, dijo.
Los antecedentes inmediatos son poco esperanzadores: la desaparición de Fernández de Cevallos, la derrota en Mérida, el asesinato de uno de sus candidatos en Tamaulipas, renuncias de figuras partidistas como Fernando Gómez Mont, divisiones estatales en Veracruz, Sinaloa, Durango, Tlaxcala y Aguascalientes… aires pesimistas que en general se suman a un ambiente enrarecido que habrá de procesarse —o reventar— este sábado.
“Una organización como el PAN en este momento no tiene mucho entusiasmo. Sus horizontes son oscuros”, sentenció Loaeza. “Hay una serie de conflictos que le están imprimiendo mucha fragilidad a la organización y ello podría desembocar en tensiones internas, conflictos y hasta recriminaciones mutuas”.
La última Asamblea Nacional del PAN, llevada a cabo en 2007, en León, Guanajuato, ofreció un pequeño atisbo de qué puede pasar cuando el panismo estalla y las inquietudes internas no se solventan previamente: el entonces líder del blanquiazul, Manuel Espino, fue abucheado por la multitud por espacio de 20 minutos, algo inédito en la historia del partido.
“No hay en definitiva un buen ambiente para la asamblea”, coincidió Ulises Corona, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. “Los panistas están deprimidos y derrotados. Va a ser una asamblea plana, triste, deprimente”.
Representativo del momento que vive el partido, la dirigencia nacional del blanquiazul ya tomó sus previsiones de cara a una cita que tiene pronóstico reservado y en la que podrían aflorar no pocas tensiones internas ante la animadversión surgida entre la dirigencia nacional y los comités directivos estatales, producto de las constantes designaciones desde el Distrito Federal de incondicionales como candidatos.
Por orden del secretario general del PAN, Alfredo Rivadeneyra, se eliminó del orden del día la tradicional presentación de los dirigentes por altavoz, frente al riesgo de que los líderes, en específico el CEN de César Nava, sean abucheados por la militancia panista.
Pero queda abierto el riesgo de una rechifla durante el discurso de Nava, quien rendirá un informe del estado del partido.
“Ante su asamblea, el partido se ve desgastado tanto al exterior como al interior. Al exterior por las derrotas sufridas ante el PRI y la crisis desatada por la desaparición de Fernández de Cevallos. Al interior, por las renuncias, la crisis de identidad por las alianzas con el PRD y las imposiciones”, agregó.
Corona llamó la atención a que no hace más de 25 años el PAN permitía a una figura emblemática como Manuel Clouthier poner en tela de juicio la conducción del partido; hoy, significativamente, su hijo está al borde de la expulsión por haber criticado la estrategia antinarco del presidente Felipe Calderón y la decisión de ir con un ex priista, Mario López Valdez, como candidato a gobernador en Sinaloa.
—¿El PAN está deprimido?
—Los partidos son organizaciones vivas y si un grupo social ve ambigüedades en el diseño, en el rumbo, en el mando, el partido se deprime. Y esa tristeza ya se refleja en sus integrantes.
Y sin embargo, “llegan unidos”
Para Nava, el partido llega “unido” a la Asamblea Nacional, pese a las malas circunstancias que han rodeado al panismo en las últimas semanas.
“Vamos a hacer una Asamblea Nacional en la que se refleja el ambiente unido”, había afirmado hace unos días. “Se llegará con 32 asambleas estatales, sin que ninguna de ellas haya sido impugnada”.
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