Duarte y Veracruz para Adelante muestran el músculo en el norte

Cabalgata del Totonacapan

Participaron más de mil jinetes y recorrieron ocho kilómetros. La gente salía a las calles para saludar el paso del contingente.

Primero como candidato y luego como gobernador del estado apoyaré al presidente Felipe Calderón Hinojosa en su lucha contra el crimen organizado, afirmó Javier Duarte de Ochoa en el corazón del Totonacapan y durante su segundo día de campaña en busca de la gubernatura de Veracruz.

Durante un cierre de jornada por el norte de la entidad con una comida que le ofrecieron los ganaderos de la zona de Papantla, Javier Duarte de Ochoa se comprometió a seguir impulsando el desarrollo de Veracruz, de tal forma que mediante círculos virtuosos se enlace a la educación con el desarrollo y la generación de empleos en Veracruz.

Con una asistencia cercana a las tres mil personas, la comida con ganaderos resultó abarrotada de gente de ese sector productivo que patentizó su apoyo al doctor en economía para que alcance la primera magistratura de la entidad y para que continúe con las políticas de expansión económica tanto en las ciudades como en el campo. Dentro de las pronunciaciones del día, Javier Duarte se comprometió a trabajar con fuerza, entusiasmo y compromiso para combatir hasta erradicar la pobreza que ataca al campo, de tal forma que exista continuidad entre el trabajo de la actual administración fidelista y la que realizará de alcanzar la primera magistratura estatal el 4 de julio próximo.

En la parte exterior de las instalaciones donde se llevó a cabo la comida, dos globos aerostáticos y un mini dirigible hacían las delicias de propios y extraños. Sin duda la mercadotecnia política esta vez va de la mano al estilo de los tiempos actuales, pantallas gigantes, botargas, globos aerostáticos, parapentes, zepelines, pasarelas y un candidato sensible a las necesidades y reclamos de sus paisanos.

Para llegar a la comida en el recinto en donde año con año se lleva a cabo la tradicional Feria de Papantla, Duarte de Ochoa encabezó la Cabalgata del Totonacapan, la cual recorrió más de ocho kilómetros desde el parque temático Takhilzucut hasta el corazón mismo de la ciudad que le dio aroma de vainilla al mundo. Durante el recorrido, la gente salía a la orilla de la carretera para saludar al impresionante contingente de más de mil jinetes que acompañaban a su candidato a gobernador. Al llegar a la zona urbana las muestras de afecto y simpatía se multiplicaron, de tal forma que por las calles donde pasó la cabalgata ayer fue un día de fiesta, como los mejores que se dan en este lugar.

A distancia tal que permitiera tomar las fotografías que registraran los momentos precisos de la marcha de jinetes y montura, dos camionetas que de manera normal son empleadas para transportar cilindros de gas hacían las veces de transporte de representantes de los medios, quienes no perdían detalle de la marcha de los centauros priistas. En una camioneta, dirigiendo la operación de manera discreta, Harry Grapa y Juan Manuel del Castillo, hombres muy cercanos al candidato Duarte, cumplían con su parte del evento, de manera discreta y hasta jocosa, pues a cada enfrenón del repartidor de gas tenían que agarrarse de donde podían para no ir a dar al suelo de la camioneta, mientras que los reporteros acostumbrados a esas faenas hacían gala de su acrobacia para sacar adelante su chamba. De hecho no hubo muchas frenadas.

Minutos antes de iniciar la cabalgata, en las instalaciones del parque temático, el gobernador totonaca, don Juan Simbrón, atestiguó una ceremonia ancestral del pueblo original de la zona, que en una mezcla sincrética le deseó todos los parabienes a Duarte de Ochoa en su camino hacia la titularidad del Poder Ejecutivo. Mientras eso sucedía, en derredor de la palapa en donde se desarrollaba la ceremonia los diputados federales José Yunes Zorrilla, Tomás Carrillo y Genaro Mejía conversaban con políticos locales y gente de los medios, mientras que el también diputado Manuel Rosendo Pelayo y su compañero de Cámara Erick Lagos hacían lo propio, al igual que Francisco Herrera y el candidato a presidente municipal por Papantla, Chuy Cienfuegos.

La cabalga tan nutrida despertó gran curiosidad entre la población de Papantla, la cual salía de sus casas al paso para patentizarle al joven candidato que están con él y que lo quieren de gobernador.

Duarte de Ochoa, acompañado de su esposa Karime Macías, en todo momento transmitió a sus simpatizantes el mensaje corporal y la gesticulación de quien se sabe seguro de alcanzar el triunfo, máxime ante tantas muestras de simpatía y afecto, que a fuerza de ser honestos le manifestaron personas del pueblo que en ningún momento fueron acarreadas o se les pidió que hicieran cordón humano para arropar al doctor en economía.

La del día de ayer por Papantla fue otra fiesta priista. En ella convivieron ricos, pobres, patrones, trabajadores, ganaderos, peones, caballerangos, campesinos, rancheros y demás divisiones que hay entre los hombres en cuanto a la forma de trabajar y ganarse la vida. En cuanto a Duarte de Ochoa, sin duda se trata de un candidato con carisma, que inspira confianza y que, primero en su periplo de precampaña y ahora dentro de los tiempos oficiales de su campaña, cada vez se afianza con más fuerza entre las preferencias de la población. Primero lo hizo ante priistas, ahora está en camino de ganar terrenos en las preferencias políticas distintas a las de los partidos y organizaciones que lo postularon como candidato.

Esto apenas comienza y promete ir creciendo hacia lo que Duarte de Ochoa y la gente que lo apoya piensa será un triunfo contundente en los 212 municipios y 30 distritos uninominales.

La de ayer domingo fue la segunda fiesta del priismo; la primera se había dado el sábado en Boca del Río.

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