El 'Cielito Lindo' se cantó en el Ángel

Miles de aficionados se dieron cita en el monumento para festejar el triunfo del Tri

Llegaron del norte, del sur, en motos, otros en bici o caminando, pero todos los miles de aficionados tenían el mismo destino; el Ángel.

Luego del triunfo de México sobre Francia, el Ángel por fin pudo vestirse de fiesta. Una vez concluido el juego, la afición mexicana llegó y se instaló en el monumento a la Independencia durante varias horas para festejar el histórico triunfo.

En el festín no importó la clase social, ni ideologías, cada uno con diferentes criterios, pero todos con el mismo fin: la misma pasión y amor por el Tri. La hermandad entre los mexicanos se podía percibir en cada rincón, pues en ese momento todos compartían un único sentimiento; felicidad.

El “Cielito Lindo” no sólo se escuchó en Polowane. Desde antes de llegar, y en toda la avenida Reforma, los grupos de personas que se dirigían al Ángel cantaban con emoción la melodía que identifica a todo mexicano.

Las caras pintadas, las banderas, la playera tricolor, eran toques que no podían faltar en cada uno de los aficionados. Hasta los perros fueron vestidos con prendas en verde, blanco y rojo.

Muchos con chela en mano llegaron al festejo, incluso, hubo oportunidad de que la gente se detuviera y se sentara en las banquetas para tomar cerveza. Otros de plano no perdieron la oportunidad de fumarse algo parecido a un 'porro'.

Mientras que la fiesta continuaba, ahí mismo había quienes se echaban sus 'cascaritas' y entre ellos se apodaban 'Chicharito' o Cuauhtémoc, hombres que fueron los anotadores de los dos goles que le dieron el triunfo a México.

Las calles aledañas al monumento fueron cerradas, es más, en Reforma se evitó el paso vehicular desde el Zócalo, lugar donde se encontraban casi 80 mil aficionados, hasta el Ángel, esto para facilitar la movilización de los miles de aficionados quienes se dirigían a festejar.

Hasta el ex Delegado de Iztapalapa, Rafael Acosta, mejor conocido como 'Juanito' llegó al Ángel. Rodeado de su gente, llamó la atención cuando se dirigía al monumento y fue identificado rápidamente por portar su banda en la cabeza. Como la alegría estaba a tope, se acercaron a él y empezaron a gritar su apodo.

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