Republicanos califican de inapropiado el mensaje del mandatario mexicano al criticar la Ley Arizona
Con el paso apresurado, el senador republicano por Texas, John Cornyn, salió ayer de la sesión plenaria que encabezó el presidente de México, Felipe Calderón, para mostrar su desacuerdo con el mensaje que, poco antes, había conseguido arrancar aplausos de la mayoría demócrata en el Congreso.
“Yo respeto al presidente Felipe Calderón. Pero creo que se pasó de la raya…”, consideró el texano al comentar el discurso que el mandatario mexicano aprovechó, entre otras cosas, para cuestionar las leyes que permiten el trasiego de armas de asalto que atizan la violencia en su país, o para repudiar la ley antiinmigrante de Arizona que criminaliza a muchos de sus conciudadanos.
“Me sentí muy incómodo escuchando al Presidente de México comentando sobre nuestras leyes y nuestros asuntos domésticos. Lo mismo sobre las leyes que permiten la venta de armas de asalto, o sobre la ley de Arizona que, tengo la impresión, no ha leído”, dijo Cornyn.
“Insisto. Tengo mucho respeto por el presidente (Felipe) Calderón y su lucha contra los cárteles de la droga. Pero no creo que los ciudadanos estadounidenses tengan que sacrificar cualquiera de sus libertades para tratar de resolver los problemas de otros países”.
Jeff Sessions, el influyente senador por Alabama, consideró “que la solución (a los problemas de México y Estados Unidos) es reforzar la frontera, como se ha hecho en San Diego (con una triple barrera); de esta manera no pasarían las armas hacia el sur y no pasarían indocumentados, ni drogas hacia el norte”.
A la marea de rechazo se sumarían, minutos más tarde, un nutrido grupo de representantes republicanos que, mediante boletines distribuidos a los medios de comunicación, rechazaron el “injerencismo” del Presidente de México en asuntos domésticos:
“Es inapropiado que un jefe de Estado cuestione nuestras leyes, especialmente cuando Arizona sólo actuó en el mejor interés de sus ciudadanos y con el apoyo del 70% de su población”, dijo el senador por Utah, Orrin Hatch.
Lamar Smith, el republicano de más alto rango en el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, expresó mediante un boletín que “no es correcto que el presidente de otro país venga aquí y critique a nuestra nación o nuestros estados por querer detener el tráfico de personas y de drogas, o por asegurar nuestra frontera”.
“Funcionarios de gobiernos extranjeros, como el presidente Calderón, no deberían interferir en asuntos domésticos estadounidenses”, dijo.
El contraste
La indignada y airada respuesta de los republicanos contrastó, vivamente, con la reacción de la bancada demócrata que, no sólo aclamó el mensaje del presidente Felipe Calderón, sino que lo consideró “sincero y diplomático”.
“Creo que ha sido un gran mensaje”, se limitó a señalar la líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
http://www.eluniversal.com.mx/nacion/177852.html
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