Fue un día de sentimientos encontrados, por un lado la alegría de regresar a sus hogares luego de más de tres semanas de haber permanecido en esta ciudad y particularmente en los dormitorios habilitados en la sala de usos múltiples y en el gimnasio Romary Rifka, mientras que por el otro lado, la tristeza de dejar el techo en donde siempre fueron excelentemente atendidos y al que ya sentían como su casa.
El contador público Roberto Bueno Campos, cuyo distintivo es el trato humano por la sensibilidad de artista que trae en la venas, acompañó en esta despedida a los hermanos tlacotalpeños como en el primer día de su arribo, convivió con ellos y hasta aportó su “granito de arena” con la embolse de los víveres que aún había en el Centro de Acopio y que se llevarían a Tlacotalpan para subsistir, hasta reiniciar su vida normal.
La licenciada Ydalia González Pérez, Sub Directora Administrativa del Instituto Veracruzano del Deporte, y el licenciado Carlos Vallejo, administrador de la Ciudad Deportiva Leyes de Reforma y coordinador del albergue, sin pasar por alto a los responsables de la Jurisdicción Sanitaria, estuvieron presentes y ayudaron a la “mudanza” este domingo.
El DIF Estatal envió tres autobuses para el traslado de los al menos cien damnificados, entre niños, jóvenes y adultos, mismos que se mostraron eternamente agradecidos por el apoyo del Gobernador Fidel Herrera Beltrán, así como por el trato de quienes les cobijaron en el Instituto Veracruzano del Deporte.
“Muchas gracias por estar aguantándonos por los problemas que hemos tenido, nos han regalado ropa y todo, gracias a Dios llevamos de todo. No llevamos queja de nadie, todos se han portado bien con nosotros y muchas gracias jefe y que Dios lo bendiga”, dijo Martín Pintado Martínez, damnificado tlacotalpeño de los más activos, al dirigirse al contador Bueno Campos.
Por su parte el responsable del Deporte en el Estado de Veracruz, quien sabe perfectamente el sentir de los tlacotalpeños porque también fue víctima de la naturaleza al sufrir la inundación de su casa, no tuvo más que palabras de aliento para las familias que regresan a sus hogares, al tiempo que puso a disposición los espacios que a partir de este momento quedan libres en el Instituto Veracruzano del Deporte.
Al mismo tiempo agradece eternamente a la sociedad civil veracruzana el aporte que hizo para el Centro de Acopio que empezó a funcionar en el IVD en el momento mismo que se dio la inundación de la Cuenca del Papaloapan y cuyas ciudades, como Tlacotalpan, habían quedado bajo el agua.
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