Fidel Herrera Beltrán
Organización Editorial Mexicana
3 de noviembre de 2010
El máximo órgano de la democracia electoral mexicana, el Tribunal Federal Electoral, resolvió por unanimidad la legalidad y legitimidad de la elección del pasado 4 de julio de Gobernador del estado.
Esta distinción, la más elevada a la que puede aspirar un veracruzano, la conquistó en las urnas el ciudadano Javier Duarte de Ochoa.
Me honra reconocer la extraordinaria participación de los ciudadanos que emitieron su voto, de los funcionarios electorales, al igual que de los partidos políticos y sus candidatos, pues con ellos se puede reconocer la fortaleza de nuestra pluralidad política.
Hemos comenzado un proceso meticuloso de transferencia de los poderes con el propósito de que la nueva administración no pierda un segundo.
Los temas de la agenda de la reconstrucción, los del despegue y la consolidación económica -junto con los ajustes y cambios que se requieran- son los que más nos apresuran, coincide conmigo el Gobernador electo de Veracruz.
Recibo con gran entusiasmo y felicito a Javier Duarte de Ochoa, gobernador electo de Veracruz.
Los gobiernos instalados con el voto deben trabajar por crear los puestos de ocupación que requiere la sociedad.
Los trabajos permanentes, con prestaciones y seguros, son fundamentales para el crecimiento del sector privado. Sólo de esa manera el consumidor tiene la garantía de calidad y del servicio.
El estado ha crecido y multiplicado los puestos de ocupación, además de las inversiones. Los más de 700 mil empleos creados en los últimos seis años en Veracruz corresponden a la industria metal-mecánica, a la de la transformación, del azúcar, del café, de logística y de comercialización.
Ahí está la conjunción que necesitamos: el Gobierno aliado de los empresarios, generando una atmósfera de certeza y de seguridad para las inversiones.
Sin embargo, también se requiere de un sector público que construya la infraestructura necesaria.
Con la bursatilización de recursos en Veracruz, logramos hacer miles de obras que, a pesar de los grandes daños que la naturaleza nos ha causado, nos permiten mantener la ruta del crecimiento económico.
Aunque septiembre fue un terrible mes para México en la cuestión laboral, para Veracruz fue el mes con mayor crecimiento de empleos, según cifras del propio Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Hace seis años recibí a Veracruz en otras circunstancias: una depresión profunda en el empleo; abandono y desolación se han convertido hoy en crecimiento. Hemos sentado bases sólidas para estrechar nuestros lazos, no sólo los comerciales, que son la base de la prosperidad de nuestros ciudadanos, sino también los culturales.
El siglo XXI nos enfrenta como nación a retos difíciles de alcanzar, que nos obligan a lograr mejores niveles de vida para todos los mexicanos, a estar mejor preparados y a ser capaces de competir con otras economías emergentes, pero también con las grandes potencias mundiales.
El cambio es trabajar más, hacer un gran esfuerzo para que México siga creciendo, creando empleos y llevando expectativas muy concretas de trabajo e inversión para nuestra gente. Necesitamos una política de aliento, que le dé una dirección a la inversión para completar toda la infraestructura.
Los proyectos productivos son el camino. Es el empleo el camino para superar la marginación y la pobreza.
El diálogo y la relación respetuosa entre los diversos órganos de gobierno y sus ámbitos sustentan nuestra democracia y fortalecen la unidad nacional. Como Gobernador, me he dedicado a atender los segmentos de la población más necesitados. Con el sistema DIF, con el sistema de salud y con las fortalezas municipales hemos articulado acciones para que todas las zonas puedan sortear los efectos de la naturaleza, pero también de la crisis nacional.
Por donde miremos encontraremos la huella del trabajo realizado, pero también trabajo por hacer. La situación en la que viven los más pobres de nuestra sociedad nos exige actuar con audacia y rapidez.
La política de los acuerdos nos impulsó a volver más eficiente a la administración pública. Así, las inversiones tienen una mayor seguridad y los trabajos se pueden generar con las condiciones adecuadas. La severidad de la crisis económica a la que nos enfrentamos nos recuerda que debemos estar pendientes, de manera permanente, de cuidar el empleo, de mantener elevada nuestra producción, de asegurar nuestro alimento, la educación y la salud de todos los ciudadanos, pero sobre todo la seguridad.
Incluso nuestras tradiciones del Día de Muertos se han podido celebrar como desde hace siglos, para vivir y progresar.
*Gobernador de Veracruz.
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/notas/n1841250.htm
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