Sólo la retrógrada ley electoral de Quintana Roo nos impide ver al 100 la película completa de las 12 elecciones de gobernador que tendrán lugar en 65 días. Quizá ahí una alianza PRD-PAN con Greg Sánchez como candidato marcaría la excepción. Pero los quintanarroenses son los únicos mexicanos sin derecho a saber cómo perfilan las cosas antes del inicio de la carrera. Qué atraso, qué vergüenza.
Por mucho, o por muy poco, en las otras 11 entidades aventaja el PRI, según las 11 encuestas del Gabinete de Comunicación Estratégica levantadas en abril.
Siempre podrá ocurrir algo extraordinario, pero en algunas parece que la historia está escrita. Rodolfo Torre tiene 19 puntos de ventaja en Tamaulipas, los mismos que Jorge Herrera en Durango. César Duarte puntea por 20 en Chihuahua, Javier Duarte por 24 en Veracruz y Francisco Olvera por 25 en Hidalgo.
Carlos Lozano arranca con una delantera de 13 puntos en Aguascalientes y hasta ahí la fiesta tricolor. En los otros cinco estados la diferencia es de un dígito. Miguel Alonso Reyes gana por 8 puntos en Zacatecas, pero trae atrás un pelotón de tres rivales que, con buenas campañas, pueden rebasarlo.
En Tlaxcala, Oaxaca, Sinaloa y Puebla las contiendas comenzarán con ligeras ventajas priistas, o con empates técnicos, según quiera leerse.
Javier López le lleva 6 puntos al aliancista Rafael Moreno Valle en Puebla. Jesús Vizcarra, 4 al aliancista Mario López Valdez (Malova) en Sinaloa. Eviel Pérez Magaña, 4 al aliancista Gabino Cué en Oaxaca. Y Mariano González Zarur 3 a la panista Adriana Dávila.
Ahí, digan lo que digan, puede pasar cualquier cosa.
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